WOODLAND
En un ámbito rural
donde la presencia de los bosques es tan significativa, el proyecto consiste en
el aprovechamiento regulado y sostenible de dichos bosques como medio de
conseguir revitalizar la comarca.
En estos pueblos
los bosques son propiedad de sus vecinos y anualmente se aprovecha de ellos lo
que estos generan en ese periodo de tiempo. Los ayuntamientos como gestor de
dichos bosques subastan la madera que de estos se aprovecha, obteniendo unos
ingresos que posteriormente se destinan a la mejora de los servicios.
El proyecto
pretende dar un valor añadido a dicha madera. Para ello los ayuntamientos de la
comarca formarán una sociedad cooperativa que sea la gestora y promotora de la
creación de una industria derivada de la madera, que le aporte a esta dicho
valor añadido y que a su vez genere puestos de trabajo. Dicha sociedad gestora
ofrecerá puestos de trabajo y vivienda a familias con hijos dando preferencia a
los descendientes de la comarca ya que estos tienen lazos afectivos y de
identidad que favorecerá su arraigo en la comarca.
El aprovechamiento
forestal regulado y sostenible consiste en procesar la madera de conífera en un
aserradero, con los residuos generados en el propio bosque y en el aserradero,
fabricar pellets y los residuos del
pellets y los no válidos para aserradero y pellets destinarlos a una planta de
compostaje de residuos vegetales. Con la madera de frondosa se pretende obtener
leña para los habitantes y los residuos que esta generará destinarlos a la
planta de compostaje. Junto con esa industria se pretende introducir pequeñas industrias
derivadas de la madera como son una fábrica de palets y talleres de afilado de
las sierras. Esa industria reportará
unos ingresos que la sociedad gestora destinará a la mejora de servicios, a la
ayuda de los nuevos habitantes y al cultivo de bosques de encina inoculada con
trufa ya introducida en la comarca. La falta de uso de las zonas de cultivos provoca
que los pinos estén invadiendo dichas fincas. Por ello mediante el cultivo de
la encina se pretende controlar esa invasión espontánea del pino e incorporar
otra actividad económica en la comarca. Junto a la planta de compostaje
surgirán viveros que me permitan llevar a cabo dichos cultivos. A su vez se
pretende recuperar el paisaje de la ribera de los ríos. Se necesitan una media
de siete años para obtener trufa de la encina. Sería en ese momento en el que
se crearía una industria de procesado de alimentos complementada por la
micología y la apicultura.
La vivienda
necesaria para los nuevos habitantes se pretende crear a partir de los
edificios en ruina y no habitables existentes en dichos pueblos, que son cada
vez más abundantes. Se fomentará a su vez
que parte de los nuevos habitantes sean ebanistas artesanos escultores que
tengan su taller incorporado en la vivienda. Las viviendas tendrán carácter incremental ajustándose
a las necesidades de las familias que las habiten y consistirán en cajas de
madera que se introducen entre los muros de las ruinas existentes, que pueden
ser construidas por dichos artesanos ebanistas. De esta manera se puede
conseguir vivienda de manera rápida y económica aprovechando los recursos que
el bosque propio nos aporta.
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